La comedia surge de la unión de la verdad y el dolor

El pasado lunes asistí por tercer año consecutivo a la inauguración del curso que imparte, cada año, la productora Globomedia en el  Círculo de Bellas Artes en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid. En esta ocasión el curso versa sobre «La Comedia en lo audiovisual». 

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«La desastrosa situación económica favorece el índice de audiencias de las televisiones»

El pasado miércoles, Antena 3 estrenó la serie Con el culo al aire. Su primer capítulo tuvo un 21,9% de audiencia, el mejor arranque de la temporada, y 4.145.000, dos millones más queLa Fuga, la serie que Telecinco exhibe desde hace semanas el mismo día y a la misma hora. Sigue leyendo

Desde “El amigo americano” a “También la lluvia”

Desde la película de Win Wenders, El amigo americano (1977) no veía una película donde hablase de cine de forma metafórica y simbólica. También la lluvia (Icíar Bollaín, 2010) narra la historia de Sebastián (Gael García Bernal) y Costa (Luis Tosar), dos personajes totalmente entregados al cine. Ambos se han propuesto hacer una película sobre Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Mientras que Sebastián, el director, pretende desmitificar al personaje presentándolo como un hombre ambicioso y sin escrúpulos, a Costa, el productor, sólo le importa ajustar la película al modesto presupuesto del que disponen, razón por la cual elige Bolivia, un país ideal no sólo por las localizaciones que ofrece, sino también por los bajos precios a los que están dispuestos a ofrecer sus servicios la población autóctona.

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«Los actores deben ser buenos hasta dando los perfiles»

No lo había visto hasta ahora. Un amigo de Facebook anotó en su muro un enlace a un vídeo que no tiene desperdicio. Se trata del casting que hizo Marlon Brando para la película Rebelde sin causa (Nicholas Ray, 1955). No fue seleccionado, pero se dejó ver su arte y talento. Con sólo 23 años Brando se mueve delante de la cámara como si hubiera llevado toda la vida. Es bueno hasta dando los perfiles, cosa que a muchos actores, e incluso profesionales, les cuestan.

Ralizando una búsqueda biográfica he sabido que fue su madre quien despertó el interés del niño por la interpretación. Brando tuvo desde pequeño el don de observar a la gente e imitar sus gestos, lo cual hacía llevándolos al extremo.

Fue rebelde desde la niñez. Con dieciséis años ingreso, en contra de su voluntad, en la Shattuck Military Academy de Fairbult, Minnesota, donde lejos de «enderezarse», fue expulsado dos años después por insubordinación. Obligado, entonces, a trabajar en lo que fuera, fue albañil y conductor de excavadoras mientras sus hermanas se independizaban y partían a Nueva York para probar suerte en el teatro. A comienzos de 1943 se fue a vivir con su hermana Joselyn con el mismo objetivo. Estudió interpretación, primero, en la New School y, después, en el famoso Actor’s Studio. Mientras esperaba su oportunidad tuvo que encadenar una sucesión de trabajos eventuales para ganarse la vida: vendedor de refrescos, lavaplatos, botones, ascensorista en unos grandes almacenes, etc.

Pero fue en el teatro donde, interpretando una decena de obras entre 1944 y 1947 (Molière, Shakespeare, Ben Hetch, Cocteau, Bernard Shaw…) fogueó su talento, y le bastaron dos frases para convencer a Tennessee Williams de que se hallaba ante el intérprete ideal para encarnar por primera vez al Stanley Kowalski de Un tranvía llamado Deseo. Con el beneplácito del dramaturgo y la dirección de Elia Kazan, Brando fue un Kowalski nunca superado, y de la noche a la mañana consiguió que todo Broadway hablara de él.

Fuente: Biografiasyvidas.com