Según he leído en Prnoticias: “La 10 (Vocento) no cumple expectativas, se estanca en 0,3%”. Está claro que esta modesta cifra de audiencia era de esperar de un canal que nace y no tiene definida su línea “editorial”, su target y, lo más importante, su identidad.
A La 10 le ocurre como a Telemadrid, no se diferencia del resto, y esto les pasa factura. La multiplicidad de canales que nos aporta la TDT obliga a las nuevas plataformas a segmentar sus audiencias. No pueden llegar a todos los públicos y competir, de la noche a la mañana, con los clásicos generalistas y las autonómicas.
Para triunfar en la TDT, como le ocurre a Intereconomía, los canales deben saber diferenciarse y tener clara su identidad. Intereconomía se diferencia porque son de derechas, del Opus Dei, están en contra del aborto, del gobierno de Zapatero, todos visten con chaqueta y corbata y, lo más importante, no ocultan su clara ideología. Su programación está totalmente enfocada a un público concreto: hombres empresarios de clase alta. Esto, guste o no guste, con un simple zapping rápidamente averiguamos qué nos puede ofrecer Intereconomía; tengan o no tengan presupuesto.
En otra línea, otro caso de éxito que encontramos en la TDT de Madrid, por ejemplo, es Tele K, un modesto canal del barrio madrileño de Vallecas. Viendo cualquier programa de Tele K podemos apreciar que andan ajustados de presupuestos: los programas están presentados por voluntarios y aficionados, sus decorados están pintados con brochas y su programación se repite constantemente. Pero da igual, ellos triunfan porque su identidad está claramente definida: es un canal de barrio, de izquierdas, republicanos, defienden a ultranza la libertad de expresión, el aborto, los colores de su equipo de fútbol, los sindicatos, el derecho a huelga, hablan de su gente, de sus artistas, de sus ideales, etc. Tele K es la historia, la cultura y las tradiciones de un barrio, capaz de reunirse más de 4000 personas para manifestarse en contra de un gobierno regional que les quiere quitar su canal de televisión. Tele K puede ser “cutre”, pero su audiencia lo siente como parte de su identidad, y eso marca la diferencia. Una simple fotografía, como esta, define claramente el canal. En la foto se ve, curiosamente detrás de un televisor, a dos políticos conocidos de izquierdas (un hombre y una mujer que han nacido en Vallecas), un artista, un roquero y una deportista (mujer, futbolista, de color, extranjera y del equipo femenino del barrio). Esto no es una foto, es Tele K.
Cualquier medio, “generador de opiniones”, no debe definir su identidad, sino “tener identidad”: qué son y qué quieren transmitir. Para diferenciarse de los demás, los canales debe crear lo que Castells denomina: identidad de trincheras. En la TDT hay que programar para un público específico y concreto. No vale con ser «generalistas» porque ya la propia TDT incluye el concepto «generalista» (por su multiplicidad de canales). Para innovar no hace falta dinero, sino creatividad. Aunque esto último suene a Perogrullo.